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Sonetos de Amor (SHAKESPEARE )


De los hermosos el retoño ansiamos 
para que su rosal no muera nunca, 
pues cuando el tiempo su esplendor marchite guardará su memoria su heredero. 
Pero tú, que tus propios ojos amas, 
para nutrir la luz, tu esencia quemas 
y hambre produces en donde hay hartura, demasiado cruel y hostil contigo.
Tú que eres hoy del mundo fresco adorno,  pregón de la radiante primavera, sepultas tu poder en el capullo,  dulce egoísta que malgasta   ahorrando.                                                                 Del  mundo ten piedad: que tú y la                                                     tumba,  ávidos, lo que es suyo no                                                       devoren.                                       

Cuando asedien tu faz cuarenta inviernos 
y ahonden surcos en tu prado hermoso, 
tu juventud, altiva vestidura, 
será un andrajo que no mira nadie. 
Y si por tu belleza preguntaran, 
tesoro de tu tiempo apasionado, 
decir que yace en tus sumidos ojos 
dará motivo a escarnios o falsías. 
¡Cuánto más te alabaran en su empleo 
si respondieras : - « Este grácil hijo 
mi deuda salda y mi vejez excusa », 
pues su beldad sería tu legado! 
Pudieras, renaciendo en la vejez, 
ver cálida tu sangre que se enfría. 

Mira a tu espejo, y a tu rostro dile: 
ya es tiempo de formar otro como éste. 
Si no renuevas hoy su lozanía, 
al mundo engañas y a una madre robas. 
¿Quién es la bella del intacto seno 
que tu cultivo marital desdeñe? 
y ¿quién tan loco para ser la tumba 
de un amor egoísta sin futuro? 
Tu madre encuentra en ti, que eres su espejo, 
la gracia de su abril, su primavera; 
así, de tu vejez por las ventanas, 
aunque mustio, verás tu tiempo de oro. 
Mas si pasar prefieres sin memoria, 
muere solo y tu imagen morirá. 

Derrochador de encanto, ¿por qué gastas 
en ti mismo tu herencia de hermosura? 
Naturaleza presta y no regala, 
y, generosa, presta al generoso. 
Luego, bello egoísta, ¿por qué abusas 
de lo que se te dio para que dieras? 
Avaro sin provecho, ¿por qué empleas 
suma tan grande, si vivir no logras? 
Al comerciar así sólo contigo, 
defraudas de ti mismo a lo más dulce. 
Cuando te llamen a partir, ¿qué saldo 
podrás dejar que sea tolerable? 
Tu belleza sin uso irá a la tumba; 
usada, hubiera sido tu albacea. 

Las horas que gentiles compusieron 
tal visión para encanto de los ojos, 
sus tiranos serán cuando destruyan 
una belleza de suprema gracia: 
porque el tiempo incansable, en torvo invierno, 
muda al verano que en su seno arruina; 
la savia hiela y el follaje esparce 
y a la hermosura agosta entre la nieve. 
Si no quedara la estival esencia, 
en muros de cristal cautivo líquido, 
la belleza y su fruto morirían 
sin dejar ni el recuerdo de su forma. 
Mas la flor destilada, hasta en invierno, 
su ornato pierde y en perfume vive.
W.SHAKESPEARE 
SONETOS DE AMOR